viernes, 31 de diciembre de 2010



Tres meses después, en NOCHEVIEJA, ella tuvo la debilidad de llamarle. Feliz 1989. Él no contestó. Claro, pensó ella, ¿y qué iba a hacer?
En 1991, la chica con la que él vivía en Londres le dejó por otro, mientras ella conocía al hombre de su vida. En Nochevieja fue él quien llamó. Feliz 1992. Ella no contestó. Claro, pensó él ¿y qué iba a hacer? La semana pasada, los dos se encontraron de repente, al pasar el control de seguridad de la T-4. Él se estaba poniendo el cinturón cuando la vio. Ella, que se ponía el reloj, tardó más tiempo en reconocerle.
- Hola-dijo él.
- Hola –contestó ella- , ¿cómo estás?
- Bien, yo… Sí, ¿y tú?
- Bien también.
Luego, la mujer de él le preguntó en inglés con quién hablaba, mientras el marido de ella la cogía del brazo para llevarla hacia los ascensores. Ninguno de los dos volvió la cabeza para mirar al otro al alejarse. Los dos se arrepintieron después de no haberlo hecho.

Almudena Grandes.

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