sábado, 19 de febrero de 2011

Igor Amelkovich.



Toda existencia se descifra en sueños,
como en clave de sol la partitura,
como Virgilio late en el hipérbaton,
susurrador, o duro como el bronce:
avejentado como un caimán rojo,
remontaré el pasillo de la ciénaga;
me llevará el jinete de Capaccio
a la plaza de losas de la villa,
como el dragón que capitula al hierro
o el caballero vive en el dragón:
yo interrogo al fulgor combado de tus nalgas,
signo de algo más allá de ti
y más allá de mí, no revelado
a la mano, a los labios, a los dientes,
arrebolado o cálido o blanquísimo,
no entregado en sus husos de blancura,
enigma combo de la suavidad,
espina comba de la caridad,
el sacramento de la comunión:
comulgar con tus nalgas es vivir
en las acometidas del rocío,
en los arrayanes de la luz.
La naranja del viento desollado
en la terraza del palidecer,
cuando amanece pero no es de día,
nos descubre en la pala de la noche
como si no pudiéramos morir:
no podemos morir en este instante
de pechinas y sábanas lacradas
en el correo del alborear:
el alba rompe como en la escollera
romperá el mar la copa de su raso,
el plumón desgarrado por la luz:
no podría quejarme de morir
si muriera en el vientre de tu espuma,
cuando el viento del alba es un paypay.

Pere Gimferrer.

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3 comentarios:

  1. ¡¡¡ que bellisimo poema nos regalas¡¡¡ esta asturiana te da infinitas gracias y te manda un besin muy grande.

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  2. Que bella imagen y muy buen poema, felicitaciones!

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  3. Muchas gracias a ambas, pero el mérito es de Pere Gimferrer, de quien trasladaré más poemas porque me entusiasma cada día un poco más.

    Un saludo.

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