sábado, 7 de mayo de 2011
No nos pidas la palabra que escudriñe por cada lado
nuestro informe ánimo, y con letras de fuego
lo declare y resplandezca como un azafrán
perdido en medio de un polvoriento prado.
¡Ah el hombre que seguro marcha,
amigo de los demás y de sí mismo,
y no cuida de su sombra que la canícula
imprime sobre su desconchado muro!
No nos exijas la fórmula que pueda abrirte mundos,
pero sí alguna sílaba seca y torcida como una rama.
Sólo eso podemos hoy decirte,
lo que no somos y lo que no queremos.
Eugenio Montale.
.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario