miércoles, 9 de marzo de 2011
Gustav Klimt.
Luz genital.
Refractario, luminoso recipiente del que rezuma el almidón del alba, aún embadurnado de las mucosidades furtivas de la noche. Allí se deposita el rastro vergonzante que dejan en lo oscuro los cuerpos después de haberse amado. No te acerques: aguarda un poco más, vigila esa incipiente maraña de la luz hasta que el impudor compute la intensidad de tu deseo. Recuerda mientras tanto la historia que no has vivido todavía.
J.M. Caballero Bonald.
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Siempre me ha parecido el cuadro mas sensual y quizá sexual de Gustav Klint y probablemente de toda la pintura. Un abrazo.
ResponderEliminarNo sé si los cuerpos que se han amado pueden dejar algún rastro vergonzante.