viernes, 18 de diciembre de 2009

Oh sobre la espina.



SALMO.

Ya nadie nos moldea con tierra y con arcilla,
ya nadie con su hálito despierta nuestro polvo.
Nadie.
Alabado seas Nadie.
Queremos por tu amor
florecer
contra
ti.
Una nada
fuimos, somos, seremos,
floreciendo:
rosa de
nada, de nadie.
Con
el pistilo almalúcido,
cielo desierto el estambre,
la corola roja
de la palabra pupúrea que cantamos
sobre, oh sobre
la espina.

Paul Celan.

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