jueves, 27 de mayo de 2010



No despertéis jamás a la serpiente.

No despertéis jamás a la serpiente,
por miedo a que ella ignore su camino;
dejad que se deslice mientras duerme
sumida en la honda yerba de los prados.
Que ni una abeja la oiga al arrastrarse,
que ni una mosca efímera resurja
de su sueño, acunada en la campánula,
ni las estrellas, cuando se escabulla
silente entre en la yerba, escurridiza.

Percy Bisshe Shelley.

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