sábado, 12 de junio de 2010

Batman.



Batman.

Me hablaba el jefe, y no
era de mi de quien hablaba, pero al hablarme, y hablarme de sí mismo
tan fervorosamente, hablaba
de mí, de cómo me juzgaba digno
de sus palabras un momento, o así lo pensé. Y, mientras
él creía que yo sólo escuchaba
(o así yo lo creía),
recordé la existencia de animales
que pueden orientarse por el eco
de sus propios sonidos, los murciélagos.

Justo Navarro.

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