lunes, 20 de septiembre de 2010

Andrés Gil García de Meneses.



No nos pidas la palabra que escudriñe por cada lado
nuestro informe ánimo, y con letras de fuego
lo declare y resplandezca como un azafrán
perdido en medio de un polvoriento prado.
¡Ah, el hombre que seguro marcha,
amigo de los demás y de sí mismo,
y no cuida su sombra que la canícula
imprime sobre un desconchado muro!
No nos exijas la fórmula que pueda abrirte mundos,
pero sí alguna sílaba seca y torcida como una rama.
Sólo eso podemos hoy decirte,
lo que no somos y lo que no queremos.

Eugenio Montale.

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