jueves, 12 de noviembre de 2009
Pequeñas disculpas.
Tú, querías moverte en suaves ondas
con la elegancia del cisne en el agua,
con la aparente ingravidez del águila.
Yo, no supe interpretar en aquel momento
tu deseo y lo dejé caer en el olvido.
Hoy, ya es demasiado tarde. Lo sé
y entono el "mea culpa" que no me disculpa
pero tampoco es un agravio.
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Tienes ganas de decir cosas y cosas que decir. Como el hortelano, alineamos, sembramos, desbrozamos y cultivamos con mimo las cosas que de verdad son nuestras...Exigirnos más a nosotros mismos al decir, hasta conseguir decir. No aconsejo,reflexiono...
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