sábado, 5 de junio de 2010
Eugenio Recuenco.
XXVII.
A usted le doy una flor,
si me permite,
un gato y un micrófono,
un destornillador totalmente en desuso,
una ventana alegre.
Agítelos.
Haga un poema
o cualquier otra cosa.
Léasela al vecino.
Arrójela feliz al sumidero.
Y buenos días,
no vuelva nunca más, salude
a cuantos aún recuerden
que nos vamos pudriendo de impotencia.
José Angel Valente.
(Añado, una buena taza de tila)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Supongo que la taza de tila la añades tú ¿no,ROSA?. Un afectuoso saludo. Yo me tomo algunas.
ResponderEliminarEsa fiera es terible y hay que defenderse de algún modo.
La tila, sí, la pongo yo.
ResponderEliminarUn saludo.