sábado, 25 de septiembre de 2010

Otoño.



Otoño de manos de oro.
Ceniza de oro tus manos dejaron caer al camino.
Ya vuelves a andar por los viejos paisajes desiertos.
Ceñido tu cuerpo por todos los vientos de todos los siglos.

Otoño, de manos de oro:
con el canto del mar retumbando en tu pecho infinito,
sin espigas ni espinas que puedan herir la mañana,
con el alba que moja su cielo en las flores del vino,
para dar alegría al que sabe que vive
de nuevo has venido.
Con el humo y el viento y el canto y la ola temblando,
en tu gran corazón encendido.

J. Hierro.

2 comentarios:

  1. Que disfrutes de este Otoño de manos de oro en el que todos los colores cálidos pugnan por hacerse notar.
    Un afectuoso saludo y que te dé alegría.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tu deseo,verdaderamente necesito algo de alegría; son tiempos duros los que nos toca vivir.

    Un saludo.

    ResponderEliminar