sábado, 6 de febrero de 2010

"Venganza de una mano mortal"



La alegría de escribir.

¿Hacia dónde corre por el bosque escrito el corzo escrito?
¿A saciar su sed a orillas del agua escrita
que le calará el hocico cual hoja de papel carbón?
¿Por qué alza la cabeza?, ¿ha oído algo?
Sobre sus cuatro patas, prestadas por la realidad,
levanta la oreja bajo mis dedos.
Silencio, palabra que cruje en el papel
y separa las ramas que brotan de la palabra “bosque”.

A punto de saltar sobre la página en blanco acechan
letras que acaso congenien,
frases tan insistentes
que consumarán la invasión.

Una gota de tinta contiene una sólida reserva
de cazadores, apuntando con un ojo ya cerrado,
preparados para el descenso por la pluma empinada,
para cercar alcorzo y llevarse el fusil a la cara.

Olvidan que esto, lo de aquí, no es la vida.
Aquí, negro sobre blanco, rigen otras leyes.
Un abrir y cerrar de ojos durará cuanto yo quiera,
se dejará fraccionar en eternidades minúsculas
llenas de balas detenidas en pleno vuelo.
Nada sucederá si yo no lo ordeno.
Contra mi voluntad no caerá la hoja,
ni una brizna se inclinará bajo la pezuña del punto final.

¿Existe, pues, un mundo
cuyo destino regento con absoluta soberanía?
¿Un tiempo que retengo con cadenas de signos?
¿Un vivir que no cesa si éste es mi deseo?

Alegría de escribir.
Poder de eternizar.
Venganza de una mano mortal.

Wyslawa Szymborska.

1 comentario:

  1. Tienes razón, Rosa, el espejo además de reflejar una realidad objetiva se presta a reflexiones filosóficas -y también a interpretaciones mágicas-.
    Tiene un gran poder la palabra.
    El Verbo se hizo carne...
    Creo que la firma es un reconocimiento de lo que hacemos; nada más. Todos podemos reconocer lo nuestro al margen de valoraciones que por cierto pueden mudar con el tiempo. Un afectuoso saludo.

    ResponderEliminar