lunes, 26 de julio de 2010
Botero.
[...]
"Pero un hombre entra a la Tabaquería (¿para comprar tabaco?),
y la realidad de lo plausible cae de repente sobre mí.
Me incorporo a medias enérgico, convencido, humano,
y voy a intentar escribir estos versos en que digo lo contrario.
Enciendo un cigarrillo mientras pienso en escribirlos
y saboreo en el cigarrillo la liberación de todos los pensamientos.
Sigo al humo como si fuera una ruta personal,
y gozo, en un momento sensible y competente,
la liberación de todas las especulaciones
y la conciencia de que la metafísica es la consecuencia de encontrarse indispuesto".
[...]
Fernando Pessoa "Tabaquería".
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Una iluminación muy peculiar la de Pessoa, pero iluminación al fin y al cabo. Un abrazo.
ResponderEliminarPessoa y Saramago participan de un sentimiento pesimista del hombre en su paso por la tierra y efectivamente, ambos son muy peculiares.
ResponderEliminarUn saludo.
De Saramago leí ENSAYO SOBRE LA CEGUERA Y TODOS LOS NOMBRES. De Pessoa, aunque tengo una antología, he leído muy poco, pero parece que es uno de tus poetas preferidos -le iremos leyendo-. Un abrazo.
ResponderEliminarTengo a Pessoa por uno de los grandes.
ResponderEliminarUn saludo.